Decenas de miles de evangélicos llenaron la noche del sábado (20) los estadios de fútbol de las capitales de los 18 departamentos de Honduras -el país más violento del mundo- para orar por “una nueva nación” de “unidad y prosperidad”.
La actividad llamada “Una nueva nación, un día” fue encabezada por el pastor estadounidense Dominic Russo en San Pedro Sula, la segunda ciudad del país, 240 km al norte de la capital, en el estadio Olímpico, con capacidad para 50.000 personas, lleno a un 70% pero con asistentes hasta en la grama.
En la capital, el Estadio Nacional, que tiene capacidad para 35.000 personas estaba lleno, según constataron periodistas de la AFP. Los organizadores anunciaron una asistencia de alrededor de medio millón de personas a los actos realizados en todo el país.
En el estadio Olímpico, desde donde se dirigía a los presentes y recibía informes desde los distintos estadios del país, Russo hizo subir al estrado al presidente Porfirio Lobo.
“¿Cuántos aprecian al presidente Porfirio Lobo?”, preguntó el religioso a los presentes, que contestaron con una ovación.
En el marco de la misma actividad, más de 2.000 misioneros estadounidenses arribaron al país el domingo pasado y se disgregaron por las diferentes zonas del país llevando mensajes de paz, acompañando a brigadas médicas y educativas.
“Yo lo honro como el líder de esta nación, la escritura nos exhorta a honrar a aquellos que están en autoridad y honramos la posición que Dios le ha dado en esta nación”, dijo Russo a Lobo.
“Creemos que Dios es la base para crear una nueva Honduras. Nos unimos a la oración por un mejor destino del país”, posteó Lobo en la red social twitter, horas antes del comenzar las concentraciones.
“La gente de Honduras se ha reunido en la capital de cada departamento y no hay ocasión para tristeza en esta noche (…) están cerrando el capítulo de dolor” y “están abriendo una nuevo capítulo de unidad y de prosperidad”, afirmó Russo.
“Quiero decirle al mundo que mantenga sus ojos sobre Honduras porque esta nación se va a levantar”, resaltó.
Honduras, de 8,4 millones de habitantes, ha caído en una profunda crisis, sin precedentes en su historia, con una escalada de violencia incontrolable de un promedio de 20 muertos por día, producto sobre todo del tráfico de drogas desde Sudamérica hacia Estados Unidos y de las pandillas juveniles o maras.
Según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional, la tasa de homicidios 85,5 por cada 100.000 habitantes es la más alta de mundo.
Fuente: EFE / NoticiaCristiana.com